Ya, ya sé que no te lo crees,
que piensas que estoy loco. Pero esta vez es de verdad. Créeme, te digo la verdad, te lo juro. La vi llegando a la isla,
encima de la roca más allá del puerto. No te puedes hacer una idea de lo bonita que era. Empezó a llamarme con su canto, y no lo pude resistir, me tiré al mar. Sí, lo reconozco, no nado bien,
pero ella me habría llevado a la orilla. Me habría salvado, lo sé. Perdona, pero tengo que colgar, me llaman a la consulta.