SU PEQUEÑO GRAN SUEÑO
Despertó con el primer rayo de sol, a lo lejos, su anhelada e inalcanzable Tabarca.
Se desperezó lentamente, viéndose cubierto de blanco plumaje y grandes alas.
¡Una todopoderosa gaviota! Extendió sus alas y batiéndolas al viento fue ganando altura tímidamente.
Sin pensárselo puso rumbo a su adorada isla, la sobrevoló mil y una vez, hasta que la emoción y el agotamiento le vencieron, feliz, cerró los ojos, mientras el sol se ocultaba en el horizonte.
Amaneció un nuevo día, batió sus alas, volvía a ser ese pequeño gorrión pequeño y soñador, hoy más feliz tras haber sobrevolado su isla.